Haibara y el profesor Agasa estaban escondidos en una habitación que había allí, parecía que en ese lugar escondían el lado oscuro de la organización, todos los crímenes que habían cometido, formulas sobre drogas...
Haibara aprovechó para buscar el antídoto oficial a la APTX4869, mientras el profesor Agasa guardaba en un disco duro que había traído pruebas para incriminar a la organización de todos los delitos que habían cometido.
Vermouth estaba intentando despistar a todas las personas que formaban parte de la organización para que no corrieran peligro. Nadie de la organización se percató de lo que estaba ocurriendo, excepto Bourbon. Estaba sospechando de Vermouth.
Mientras tanto...
El jefe ato a Ran y a Shinichi juntos, espalda contra espalda. ¿Por qué no los mataba ya? ¿A qué esperaba? Los agentes de policía se compincharon con la policía de París. Les cedieron a todos sus hombres que formaban parte de la policía de Francia.
(Ran): - Shinichi...
(Shinichi): - ¡Ran! Aguanta, ya verás que conseguiremos salir de esta juntos..
(Ran): - Shinichi. Voy a ser clara. Te quiero. Me gustas. Siento no habertelo dicho aquel día en Londres...
(Shinichi): - Ran... Te prometo que te salvaré. Si hay que morir, moriré junto a ti. Nunca me rendiré.
Ran apretó la mano de Shinichi.
Llegó el jefe y a continuación dijo:
(Jefe): - Por fin llega el momento que siempre he estado esperando.
De su mano sacó un detonador de una bomba.
He estado esperando este momento casi toda mi vida, esta bomba tiene capacidad para destrozar una ciudad entera. Me he llevado años creando esta belleza. Y hoy inauguraremos mi preciado proyecto.
Aunque primero empezaremos con algo suave. Llevo guardándole rencor a la gente que trabaja aquí desde hace mucho tiempo. Es algo personal. Así que primero detonaré la pequeña bomba que se encuentra en la planta de arriba, para que todos mueran. No tienen por que tener el privilegio de ver el proyecto que tanto esfuerzo y tiempo he dedicado en ello.
(Shinichi): - Eres un...
- ¡Eh! Las manos bien altas que yo pueda verlas. Esta usted detenido.
(Jefe): Jajajaja. No me hagas reír. ¿A caso no ves que tengo miles de rehenes en mi mano? Nada ni nadie me hará parar.
- Creo que eso cambiará cuando sepas quien soy.
(Jefe): - Oh, ¿enserio? Venga sorpréndeme.
Sera apareció.
(Sera): - ¿Sorprendido? Papá...
CONTINUARÁ...
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